miércoles, 20 de mayo de 2020

Lo que aprendemos del pasado

En esta cuarentena he tenido tiempo para mirar distintos vídeos y enseñanzas y me llevado algunas sorpresas, si bien conocía relativamente parte de estas historias ahora e logrado profundizarlas un poco más y notar que de alguna manera estamos volviendo a la necesidad de ese tiempo.


Sobre las reuniones de hermanos en casas de familias* cuyo conocimiento apunta a una relación directa con Dios; para ellos Jesucristo era el camino a Dios y se comunicaban en forma directa mediante la oración en casas particulares junto a hermanos en la fe en Jesucristo, como el único camino al Padre
En realidad la Biblia dice que en los últimos tiempos los verdaderos adoradores serán los que lo adoren en espíritu y en verdad**, también dice que Dios no habita en templos humanos***.
Entonces es muy fácil llegar a una conclusión, por fe Jesucristo es nuestro salvador personal, el que nos une al Padre Celestial y nos da la vida eterna.
Ahora más que nunca cuando estás aislado por prevención del coronavirus construye en tu casa un pequeño rincón de oración para desde allí integraras y bendecirás a tu familia, podrás pedir por tus amigos creyentes y orar al padre celestial para mantener una fluida comunicación con el que escribira tu nombre en el libro de la vida.

*Los primeros cristianos se reunieron en pequeñas casas privadas, conocidos como «iglesias domésticas»,​ pero toda la comunidad cristiana de una ciudad también sería denominada «iglesia»; el sustantivo griego ἐκκλησία literalmente significa asamblea, reunión, o congregación,​​ pero se traduce como iglesia en la mayoría

** 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
(Juan 4.23-24)

***El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios profetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
Hechos 17:24-28

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