domingo, 3 de julio de 2016

Respetar la libertad de elección del prójimo

Si las personas se ocuparan más de resolver sus dilemas internos que de juzgar las actitudes y decisiones ajenas seriamos mucho más felices; porque al querer manejar la decisiones de nuestros conocidos estamos violando la ley del libre albedrío que nos fue otorgado por decisión Divina; ni aún los Ángeles se atreven a intervenir en cuestiones humanas si no les damos permiso porque respetan nuestro libre albedrío*.
Pero nosotros pensamos que por el solo hecho de conocer a otra persona y que esta sea nuestra pareja, amigo, familiar, conocido, ya tenemos derecho para imponerle nuestro punto de vista, para aconsejarle sin que nos sea pedido, para juzgar sus acciones e imponerles nuestros juicios de valor; para colmo si se ofenden o rechazan nos enojamos con ellos.
Cuanta vanidad hay en nuestra Alma si actuamos así; dejemos que cada uno aprenda sus propias lecciones de vida, que evolucione de acuerdo a su criterio y solo orientemos si esa guía nos fue pedida basándonos en valores universales, tales como el amor y la verdad.

*El libre albedrío es la habilidad que tiene cada individuo para tomar sus propias decisiones

El libre albedrío es un valioso regalo de Dios, gracias al cual podemos amarlo “con todo [el] corazón”, o sea, porque queremos (Mateo 22.37)

Néstor O Salgado
Autor del Libro "Semillas para el Alma" y El Obrero de la Palabra


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